“Agradezco a mi Dios por cada recuerdo suyo.”
PHILIPPIANS 1:3
N INGUNA PALABRA PUEDE EXPRESAR ADECUADAMENTE el nivel de agradecimiento que tengo en mi corazón hacia toda la gente—amigos, familia y colegas—que me ha ayudado a hacer de este libro una realidad a través de sus oraciones y apoyo.
Con amorosa gratitud a mi marido John: Gracias por creer en mi capacidad de llevar a cabo este proyecto cuando ni yo misma podía creerlo, por desear que me convierta en todo lo que el Señor me creó para ser, por tu amor y apoyo durante este proceso y por tus oraciones. Te amo, siempre.
A mi hija Sydney Isabel: Que vayas creciendo de acuerdo a todo lo que Dios ha destinado para ti, agradeciéndole, siempre.
A mi hijastro Justin: Tu espíritu y enfoque en la voluntad de Dios y lo que Él desea para tu vida, es un ejemplo para los que te rodeamos; eres una bendición para todos nosotros.
¿Adónde estaría yo si no fuera por mis padres, Pablo y Ana Mollinedo? Ellos me enseñaron los fundamentos de todo lo que comparto en este libro, pero aún más importante, me enseñaron a buscar a Dios, siempre, en todo. Su amor y su sacrificio han significado el mundo para mí. Gracias, mamá y papá.
Ami hermana Marlene y mihermano Peter: el entusiasmo incondicional con que han recibido todos mis éxitos me ha desbordado, siempre. Gracias por haber estado de mi lado y haber creído en mí, aún cuando les era difícil comprenderme. Ambos me han servido de inspiración en este proyecto más de lo que se imaginan.
A mis queridos amigos por sus sabias palabras y aliento en cada giro de este proceso—Jennifer Marr, Marylin Sims, Sylvia Benito, Isabel Rivera, Kathryn Min, Akram and David Tobias, Elizabeth Lisboa-Farrow, Anna Escobedo Cabral, Betty Cortina, Sabrina Womack, Tony, Darlene, and Kristen Rogers: Cada uno de ustedes ha influenciado este proceso de manera única y especial. A Haydee Morales, por plantar una semilla que continúa dando frutos. Gracias a Pastor Neil y Noline Rhodes por su amor incondicional y guía espiritual que siempre me han impulsado a seguir adelante junto a Cristo.
Muchas gracias a Isabel González, amiga, autora y editora, por creer en mí más que lo que yo misma creía, y encender esa chispa que inició todo esto.
A mi agente, Harvey Klinger, por guiarme a través de los recovecos del mundo de las editoriales. Gracias por tu sabiduría, humor y chutzpah. Me comprendiste desde el principio, y te estoy verdaderamente agradecida. A Andrea Thompson: Gracias por capturar mis pensamientos y darles vida. ¡Eres impresionante! Gracias a mi muy talentoso editor principal, Rene Alegria, quien creyó en mí y en este libro desde el principio; a mi editor principal asociado, Raymond Garcia; y al maravilloso equipo de Harper/Rayo: Melinda Moore, Amy Vreeland, Larry Hughes y otro sinfín de personas.
También, toda mi gratitud a las numerosas personas que voluntariamente compartieron su tiempo e historias de vida para este libro. Por más que sus nombres y datos de identificación hayan sido cambiados para proteger su privacidad, sus experiencias se sumaron a la esfera y profundidad que llevaron darle vida a Mantenga la Fe .
A mi Dios y Señor, Cristo Jesús: Todo lo que soy y todo lo que tengo te lo debo a ti. Gracias por el privilegio.
ANA MOLLINE DO MIMS ha sostenido puestos con corporaciones en la lista de Fortune 500 y organizaciones sin fines de lucro, guiando desarrollos estratégicos, cambios de gerencia, communicación, medios y relaciones corporativas, relaciones gubernamentales e inversionistas, esfuerzos comunitarios y filantrópicos y el diseño y la estrategia de sitios web. Habla a nivel nacional frente grupos de negocios sobre estrategias de desarrollo, crecimiento, implementación de las funciones corporativas globales, guía y asesoramiento y la construcción de rendimiento de inversiones a través de la integración de negocios junto con la función de los asuntos corporativos. Tiene un interés particular en el desarrollo de las carreras de mujeres jóvenes y estudiantes y profesionales minoritarios. Ha escrito articulos, ha aparecido en programas de televisión y ha sido entrevistada numerosas veces en revistas de negocios, incluyso ha aparecido en la portada de Black Enterprise. Ana es cubanaamericana y vive en Connecticut con su esposo, John, y su hija, Sydney. Para recibir más información sobre la autora, visite www.anamollinedomims.com .
C OMENCÉ MANTENGA LA FE CON las palabras del matemático, filósofo e inventor del siglo XVII, Blaise Pascal: “En el corazón de cada hombre hay un vacío divino que no puede ser colmado por ninguna cosa creada, sólo por Dios el creador, dado a conocer a través de Jesucristo.”
A pesar de su elevado intelecto, este hombre de ciencias y matemáticas creía que sin Dios, la vida no tenía sentido. Usted fue creado en función de Dios y no vice-versa. La vida se trata de dejar que Él lo use a usted para Su propósito, y no que usted lo use a Él para el suyo. Yo creo que a cierto nivel, todos estamos profundamente conscientes del vacío divino que hay en nuestros corazones. Ese vacío suplica el ser colmado, y lo hacemos de diversas formas, intentando encontrar nuestras propias respuestas o modelos a seguir. Tarde o temprano, consciente o inconscientemente, realizamos que la paz, la conexión y el propósito sólo se pueden hallar junto a Dios.
Una vez que usted comience este viaje con Dios, concertará la aventura de su vida. Sus sueños más grandiosos se verán pálidos en comparación a lo que Dios le tiene almacenado. Frecuentemente, miro hacia atrás y pienso en los sueños, esperanzas y ambiciones que yo tenía a los dieciocho años. Luego le entregué mi vida a Dios, y puedo decir honestamente que cuando llegué al final de mis veintitantos años, mi vida había excedido esos grandiosos sueños y expectativas.
Quizás hoy, especialmente, los eventos y la gente que encabezan los noticieros hayan allanado el camino y hayan hecho resurgir la creencia de que nuestras vidas espirituales deben estar más activas, más profundamente embebidas en las decisiones y acciones de nuestra vida diaria. Las respuestas a su vida y el encontrar un propósito propio en este mundo, provienen de cuestionar al Creador—y de establecer esa relación que logre penetrar todos los detalles de su vida. Eso es lo más supremo.
A través de Mantenga la Fe, con frecuencia he usado la palabra propósito. Cuándo yo hablo sobre el propósito, tengo en mente tres niveles de lo que eso significa para mí. Uno de los sentidos es la trascendencia; estoy en este sitio por alguna razón, para llegar a alcanzar un objetivo que cubra la extensión de toda mi vida, y algún día poder mirar atrás y reconocer el rol que logré llevar a cabo.
Luego está el sentido del propósito que trae momentos de cambios y nuevas direcciones, senderos o aparentes desvíos que aparecen en el camino y que sé que debo seguir. Tengo fe que así como ocurre cuando se teje un tapiz, el cuadro final tendrá sentido y formará un total; cada hebra existe por una razón.
Finalmente, pienso en el propósito de cada día, de los muchos pasos y decisiones que voy tomando mientras vivo mi rutina diaria—trabajando con otros, llevando a cabo mis tareas inmediatas, negociando con las dificultades y frustraciones que debo confrontar de la manera más devota.
Mucho de lo que incluye este libro ha tenido que ver con el propósito del día a día en relación al trabajo. Un dicho popular dice que “el diablo está en los detalles.” Yo creo que Dios está en los detalles. Todos los principios espirituales que he delineado aquí suman un estilo de vida y de trabajo, que reflejan y representan la relación con Dios. Ese estilo de vida representa y revela los detalles de nuestra vida: