HADA MARIA MORALES
ATREVÉTE
a ALCANZAR el
ÉXITO
© 2007 por Grupo Nelson
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América
Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece
completamente a Thomas Nelson, Inc.
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ISBN-10: 0-89922-023-1
ISBN-13: 978-0-89922-023-9
Impreso en Estados Unidos de América
CONTENIDO
¡Luces, cámara, acción!, no precisamente
Si solo se tratara de una obra de teatro o una escena de la televisión, que si no sale bien puede repetirse una y otra vez, no habría problema; pero una entrevista de trabajo —sin estar lejos de una obra en escena—, es real, en vivo y no hay chance de repetirla.
Quiero decirte también que si estás dispuesto a atreverte a alcanzar el éxito y no solo a alcanzarlo a través de las metas que te has fijado sino de caminar con él, este es el libro que debes atesorar en tu corazón y ponerlo en práctica.
El éxito no siempre está relacionado con bombos y platillos, ni mucho menos con luces, cámara y acción aunque a veces lo logramos sin luces, ni cámaras. Nuestra vida y la de los seres que amamos dependen de nosotros, no hay otra manera de conquistar el éxito sino siendo atrevidos.
Creo que si el día que fui a solicitar el empleo que tengo hoy, mi primero y único empleo en esta tierra de oportunidades, hubiese estado ahí algún canal de televisión con sus cámaras y sus luces, al verme entrar tan desorientada hubiesen recogido sus equipos, levantado campamento y se habrían perdido la parte más emocionante: la acción; pues eso exactamente fue lo que hice esa tarde, actuar con valentía para tomar lo que ya Dios había dispuesto para mí.
Asume este tipo de actitud, hay millones de seres humanos que son exitosos y nunca han posado para revistas ni comparecido en un show de televisión, pero llevan sus vidas con principios firmes y dispuestos a caminar luchando y ganando terreno.
Es cierto que estoy muchas veces bajo las luces y las cámaras de las cadenas de televisión orientando a los televidentes sobre asuntos laborales o hablando sobre mis libros, pero cuando dan la orden de acción yo ya he estado lista desde hace mucho tiempo. He venido actuando desde hace rato bajo la luz de el Santo Espíritu y bajo la cámara de quien lleva mi vida encaminada a que se cumpla su propósito, mi Señor y Salvador.
Quiero contarte la forma en que realizo los planes que Dios ha puesto como metas para mi vida:
Está compuesta de cuatro elementos vitales que debo seguir al pie de la letra, pues uno no puede dar frutos sin la participación de los otros tres.
Creo con todo mi corazón que Dios pone en mí, de su parte, los dos primeros:
La visión y la misión.
Y de mi parte:
La obediencia y la perseverancia.
De estas dos últimas la perseverancia es la que a veces me demanda más.
Creerle a Dios no se me ha hecho difícil, obedecerle tampoco, pues sé que cuando Él pone algo en mi corazón está destinado al éxito si, y solo si, PERSEVERO.
Así que mi querido lector, no siempre es asunto de luces y cámaras, pero sí de ACCIÓN.
¡ACTÚA!
Soy un ganador
Este libro va dedicado a ti que te has cansado de probar de diferentes maneras para lograr tus metas. Está pensado con el único propósito de que hagas un alto en el camino, examines tus pensamientos, acciones, logros y frutos, y te decidas a vivir de otra manera. La manera triunfante.
¿Cómohacer eso? En paz y con nuevos bríos.
Deja de una buena vez la idea tan complicada de que para ser ganador hay que hacer malabares y piruetas como las de un circo.
La vida nos la complicamos por esa manía de querer darle algún tipo de «glamour», pero en realidad —como suelo concluir mis segmentos de radio semanales aconsejando para prepararse para una entrevista de trabajo—: «El éxito solo es cuestión de actitud».
Una actitud dispuesta a cruzar el río, así sea en bicicleta, a caballo, nadando o tal vez un ratito a pie y otro andando.
En este libro podrás encontrar de manera amena sugerencias que tomarás o no para poder vivir de una manera más activa, viva, ¡sin necesidad de hacer tantos malabares!
¡Anímate,lee y vive!
www.hadaresponde.com
PRIMERA
PARTE
ATREVÉTE A ALCANZAR EL ÉXITO
Trabajar es una de las actividades que de alguna manera identifica al ser humano, sin embargo, lo que establece la diferencia entre los individuos es la motivación para realizar tal actividad.
Desde niños percibimos en cierta forma, y quizás porque vemos cómo se desenvuelven los adultos que nos rodean, que algún día tendremos que realizar una tarea y que nos pagarán por ello. Lo cual implica que pasaremos muchas horas del día fuera del cómodo entorno hogareño del que disfrutamos en nuestra infancia, pero eso es parte de convertirnos en adultos.
Cuando pienso en la manera poco gratificante en que millones de personas pasan esas ocho horas, más dos o tres extras que dedican a prepararse para viajar hacia su centro laboral —al que realmente van como que si las condujeran a un paredón de fusilamiento—, sin contar las muchas que DEBEN quedarse en la oficina, simplemente ¡me espanto!
El trabajo no solo debe darnos satisfacción financiera para pagar todas nuestras cuentas sino también para poner el pan en la mesa, pues no conozco a nadie que se sirva chuletas de aire con rodajas de queso de viento y quede satisfecho. Sin embargo, hay otros factores muy importantes, entre los que se cuenta la satisfacción personal al realizar el trabajo. Por ello, además de prepararnos académicamente debemos acondicionarnos emocionalmente para que esas horas fuera de casa nos retribuyan no solo en dinero sino en paz y gozo.
Algo posible de lograr si tomamos en serio la decisión de realizar un trabajo que nos brinde satisfacción. Me incomoda definir el trabajo como un castigo. Los que así lo ven están constantemente deseando que llegue el viernes. Claro que ese día es lindo para estar con su familia, en casa disfrutando de actividades diferentes; pero si uno solo vive ansiando el viernes, algo no está bien y debe considerarlo para buscar la manera de resolver ese ¡virus del viernes!
Con dolor en mi corazón escucho a menudo, más de lo que se imagina y de lo que yo deseo escuchar, a personas expresándome cosas como lo siguiente:
«Ay, Hadita, si se pudiera poner en mi lugar. Cada mañana cuando pienso que debo ir a mi trabajo me da náuseas y me pongo tan nerviosa que hasta vomito».
Yo lloro por dentro...
Muchas de ellas son personas llenas de miedo, que no conocen el valor del amor de un Dios que nos cuida y que se preocupa por nosotros. El mismo que no permitirá —aunque haya que ganarse el pan con el sudor de la frente—, que te vayas muriendo por dentro ni que te deteriores físicamente. Claro que no se quedará inerte, pero antes tienes que clamar a Él por ayuda. Él no quiere dejarte desamparado. Eso no está en sus planes. Seguro.
Reitero, la razón más común por la que uno necesita un empleo es porque obviamente sin dinero no se puede pagar la casa, el auto, la luz, el teléfono, los alimentos, la ropa y mucho más. No obstante no siempre las personas buscan y NECESITAN un empleo solo por el dinero sino por razones como estas:
Desean, por ejemplo, crecer como seres humanos. Muchos tienen talentos preciosos que si no los utilizan se van secando y cuando logran combinarlos con una actividad laboral remunerada convierten esa relación en el vínculo que los ata a ese empleo que han buscado con verdadero cuidado.
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