LAS FUENTES DE LA ALEGRÍA
Textos del P. José Kentenich
COORDINADOR DE LA EDICIÓN:
Jorge De Knoop Santelices
TÍTULO EN ALEMÁN:
Priesterliche Lebensfreude
TRADUCCIÓN AL CASTELLANO:
Roberto Bernet
Nº Inscripción: 155.841
ISBN: 978-956-246-505-2
© Editorial Nueva Patris S.A.
José Manuel Infante 132
Teléfono: 235 1343 - Fax: 235 8674
Providencia, Santiago - Chile
E-mail:gerencia@patris.cl
www.patris.cl
Primera edición eBooks: 2011
2011
PRESENTACIÓN
E n esta obra, el P. José Kentenich enfrenta con especial eficacia anhelos muy profundos de nuestro tiempo y entrega una respuesta plenamente católica y fructífera. Se trata, en último término, de la inquietud por los temas de la felicidad humana y de la motivación última del actuar de Dios.
El enfoque que el padre Kentenich emplea en estos ejercicios espirituales asume el pensamiento de san Francisco de Sales (1567-1622), un hombre de enorme influencia como maestro de espiritualidad. En la actualidad es especialmente valorado como el precursor del apostolado y de la santidad de los laicos. De alguna manera, el Concilio Vaticano II vino a confirmar mucho de lo que él había pretendido cuatro siglos antes. Su pensamiento se resume en la afirmación: “Dios es amor” y por ello todo lo hace por, mediante y para el amor. Esta misma ley, el santo la aplica al hombre, instándolo a imitar el proceder de Dios, encontrando también en el amor la fuente profunda de felicidad plena.
Dan fe de la actualidad de este pensamiento dos acontecimientos eclesiales muy recientes: por una parte, la encíclica Deus caritas est, de S.S. Benedicto XVI, y, por otra, la canonización del padre Alberto Hurtado SJ, cuyo lema era una expresión de alegría: “Contento, Señor, contento”.
El contexto histórico del presente retiro se sitúa en la Alemania de 1934. En ese año, Hitler se afianza en el poder y reúne en su persona los cargos del Presidente y de Canciller, y adopta el título de Führer (caudillo o jefe). Además logra el control total de los medios de comunicación y de la propaganda.
Han transcurrido más de 70 años desde que el P. Kentenich dirigió estos ejercicios espirituales pero, a pesar de ello, siguen siendo plenamente vigentes y eficaces. Si bien sus destinatarios originales fueron sacerdotes y teólogos, estos planteamientos son igualmente aplicables para cualquier cristiano comprometido con su fe. Nuestra experiencia práctica así lo demuestra. Por ejemplo, cuando el P. Kentenich habla de la ordenación sacerdotal y sus gracias, las personas casadas pueden referirlo al sacramento del matrimonio.
El P. José Kentenich y san Francisco de Sales
La relación del P. Kentenich con san Francisco de Sales se remonta a sus tiempos de estudio, durante el noviciado. Desde luego, las primitivas constituciones de los palotinos, comunidad a la cual pertenecía, se inspiraron y poseían una explícita orientación según el carisma de ese santo.
El P. Kentenich se siente captado por Francisco de Sales, por su propia estructura psicológica y su historia de vida. Como el santo, él tenía mucho sentido de la metafísica, de lo trascendente, de la búsqueda de Dios y también del aspecto psicológico y de los procesos anímicos. Por su connatural sentido de la libertad y del amor, todo lo que fuese coacción, temor o rigidez, le causaba rechazo. En este sentido, su ideal de hombre nuevo en la nueva comunidad es una idea original e innata en él.
Poseía un fuerte sentido de la libertad, unido a la búsqueda del motivo y objetivo central, constituido por el ideal. Su experiencia de vida, en su niñez y juventud, la educación que recibió y la disciplina rígida y dura, propia de la época, deben haberlo acercado más a san Francisco de Sales e impulsado a adentrarse en su espiritualidad. En él encontraba un acento en la espiritualidad que coincidía con sus inquietudes y su estructura.
Posteriormente, el P. Kentenich trabaja y elabora más a fondo la espiritualidad salesiana. Lee y trabaja la ley de amor de Dios, lo que después vierte en sus ejercicios sobre La perfecta Alegría de Vivir . Asimismo, la elaboración que hace de La Santidad de la Vida Diaria tiene parte muy importante de su fundamento en la concepción de san Francisco de Sales, si bien en cierto modo la desarrolla, complementa y prolonga. La espiritualidad del P. Kentenich implica un proceso pedagógico que, inspirado en muchos aspectos en el santo obispo de Ginebra, va más allá. Sobre todo, incorpora una fundamentación psicológica y pedagógica.
De entre las múltiples citas del padre Kentenich que expresan su cercanía y profundo aprecio por el santo, escogimos las siguientes, de 1949:
“La coincidencia entre san Francisco de Sales y nosotros es enorme, tanto en el espíritu como en las aplicaciones concretas. (…) Lo que él buscaba es lo mismo a que aspiramos nosotros, sus dificultades son también las nuestras, sus luchas, nuestras luchas”.
“San Francisco de Sales nos sirve de guía en el escabroso camino, en el desconcertante laberinto. Él es flexible cuando se trata de formas de vida externa, pero para elegir o cambiar éstas, exige como criterio y como norma inequívocos el crecimiento en el amor a Dios, hasta la plena intimidad y el éxtasis. Quien sigue su camino, concentra todas sus fuerzas en Dios y recibe de ese modo una sorprendente seguridad en el actuar, una santa libertad que lo hará dichoso en su condición y que se convertirá naturalmente en costumbre y forma de vida, según lo exija su estado y su profesión”.
Este retiro del padre Kentenich aporta para la nueva cultura esos elementos básicos: santidad en el amor a Dios, flexibilidad y seguridad, que constituyen una parte muy valiosa de su legado a la Iglesia que tanto amó. Todo ello dentro de una pedagogía que conduce a una actitud de magnanimidad, gozo y libertad. De su lectura y meditación fluye ese encuentro alegre, profundo y vital con el Dios de la Vida y Señor de la Historia, junto con la posibilidad de una profunda transformación personal.
Jorge De Knoop Santelices
Federación de Matrimonios
de Schoenstatt - Chile
19 de marzo de 2006, fiesta del bienaventurado san José, esposo de la Virgen María.
PRÓLOGO
A LA EDICIÓN ALEMANA
La alegría de vivir es la meta anhelada del hombre moderno. Tal vez nunca antes se haya escrito tanto acerca del tema de la alegría como en la actualidad. Este hecho constituye por sí mismo una señal de que hay muy poca auténtica alegría puesto que, cuanto más se la experimenta realmente, menos se habla de ella. Sin embargo, en la medida en que las cosas evidentes de la existencia humana se ven amenazadas y se tornan huidizas, se hace más necesario reflexionar sobre ellas. Lo mismo observamos al considerar otro término que integra también el título de este libro: «vivir» o bien, la «vida». Todo el mundo vive y quiere vivir. Pero la duda que pulsa en lo profundo de nuestro espíritu es si acaso se trata de una vida verdadera, plena, con expectativas de futuro. Esa pregunta se plantea ya al comienzo de una vida humana: ¡a cuántos niños se les niega el derecho a la vida! También la vida de la naturaleza es objeto de la pregunta: ¡cuántos seres vivos ven amenazada su supervivencia! Los árboles, esos símbolos de vida pujante, de vida crecida y afianzada, caen víctimas de la avidez humana o de la contaminación ambiental.