La revista Nosferatu nace en octubre de 1989 en San Sebastián. Donostia Kultura (Patronato Municipal de Cultura) comienza a organizar en 1988 unos ciclos de cine en el Teatro Principal de la ciudad, y decide publicar con cada uno de ellos una revista monográfica que complete la programación cinematográfica. Dicha revista aún no tenía nombre, pero los ciclos, una vez adquirieron una periodicidad fija, comenzaron a agruparse bajo la denominación de “Programación Nosferatu”, sin duda debido a que la primera retrospectiva estuvo dedicada al Expresionismo alemán. El primer número de Nosferatu sale a la calle en octubre de 1989: “Alfred Hitchcock en Inglaterra”. Comienzan a aparecer tres números cada año, siempre acompañando los ciclos correspondientes, lo que hizo que también cambiara la periodicidad a veces. En junio de 2007 se publica el último número de Nosferatu, dedicado al Nuevo Cine Coreano. En ese momento la revista desaparece y se transforma en una colección de libros con el mismo espíritu de ensayos colectivos de cine, pero cambiando el formato. Actualmente la periodicidad de estos libros es anual.
AA. VV.
Cine épico italiano mudo. André Deed, Cretinetti
Nosferatu - 4
ePub r1.3
Titivillus 12.09.17
Título original: Cine épico italiano mudo. André Deed, Cretinetti
AA. VV., 1990
Traducción: LANKOR
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
NOSFERATU
Director: Miguel Sagüés.
Coordinadores: Manu Narváez, José Luis Rebordinos.
Redacción: Joan Abelló, Jesús Angulo, Paolo Bertetto, Román Gubern, Vittorio Martinelli, José M“’ Pérez, Gianni Rondolino, Sara Torres.
Traducción del italiano: LANKOR.
La génesis del gran cine histórico: Italia, 1910-1923 [José María Pérez]
Arturo Ambrosio y Fíloteo Alberini, dos de los precursores de la industria y el arte cinematogróficos en Italia. Arriba caricatura de Ambrosio, representado como “Il Re”.
Filoteo Alberini.
Tomando el relevo a Francia en la hegemonía del mercado cinematográfico, Italia despertó a los fantasmas de su pasado para forjar con Emperadores y Generales gloriosos como protagonistas el cine de gran espectáculo. En torno al nacimiento del péplum surgen especulaciones tales como la conquista para el cine de la arquitectura tridimensional, que trajo aparejada la liberalización del modo de actuar del intérprete; la coexistencia temporal con manifestaciones cinematográficas antitéticas, en su concepción de la tradición y la modernidad, como el cine futurista, o de unos dramas mundanos que renuncian al oropel de las epopeyas épicas antecediendo en alguna medida al venidero cine neorealista; fenómenos como el divismo o los seriales surgidos gracias a la solidez industrial y a la instauración de una mitología popular generada por estas superproducciones comerciales; el acercamiento, en estos años de efervescencia germinal, a la especificidad de un lenguaje propio ya intuido por la incipiente crítica cinematográfica: y, en último apartado, la modificación de las apetencias populares, de la situación política nacional y del mercado internacional que precipitó el ocaso del cine histórico italiano. Todos estos temas son esbozados en este trabajo de progresión lineal que, no obstante, ha sido fragmentado en trece apartados para que el lector se sienta amparado en una estructura.
Logotipos de tres de las productoras más importantes de la época: Itala Film, Morgana Films y Ambrosio.
1.- La batalla de las productoras
Los reiterados intentos de la casa gala Pathé por colonizar un nuevo mercado, el italiano, se estrellan contra el deseo de autonomía nacional de algunos empresarios, inventores y aristócratas que intuyen posibilidades lucrativas en el nuevo medio. Arturo Ambrosio da nombre a una de las primeras y más relevantes productoras italianas, después de realizar los primeros cortos documentales de la filmografía italiana desde 1904. Filoteo Alberini, hombre de ciencia como Lumière, fue inventor del Kinetografo, del Auteroscopio y otros artilugios de captación y reproducción fílmica antes de convertirse en fundador en 1905 de la productora Cines junto con Santoni. El barón Carlo de Amato y el aristócrata Giuseppe de Liguoro fundan, confiados en su solvencia hereditaria, las productoras Rinascimento Films y Milano, respectivamente. Carlo Rossi es el creador de la Rossi y Compañía —posteriormente su nombre sería Itala Films—, que se erige en paradigma de la emancipación industrial italiana al aglutinar a todos los emisarios de la Pathé en la nueva firma autóctona creada en 1906; hecho que obligaría a la pionera casa francesa a querellarse por una publicidad irreverente que se enorgullecía de disponer de un “personal técnico escogido entre lo mejor de la Sociedad Anónima Pathé Frères de París”.
A las productoras Ambrosio, Cines e Itala han de añadirse una retahíla de casas menores que surgían a la luz de la pujanza económica de las anteriores: Caesar Films financió el serial Za-La-Mort —analizado en el octavo apartado—; la Pasquali de Turín (ciudad en la que Arturo Ambrosio ganó el primer Festival Cinematográfico de la historia del cine en 1911); la Morgana Films, de un Nino Martoglio considerado en su faceta de realizador como precedente neorrealista, creada en colaboración con Roberto Danesi en 1913; Savoia, Calio y Tiber forman parte también de este mosaico incompleto de productoras italianas.
Más significativa y determinante que la apropiación de técnicos franceses para nutrir los equipos de las firmas nacionales es el “robo” de cómicos galos para crear un mercado que, a pesar de tener un precedente en la serie cómica de Music-Hall de Leopoldo Fregoli, pertenece a la tradición parisina del gag, que culminaría en cinematografía en la figura de Max Linder. Linder ocupó la vacante del considerado primer “clown” de la pantalla, André Deed —apodado Gribouille, Boireau o Cretinetti—, cuando éste abandonó la Pathé contratado por Itala Films en 1908.
Como los hermanos Lumière, la Milano Films también tuvo su “salida de la fábrica”.
El actor francés Ferdinand Guillaume —Tontolini o Polidor— y Marcel Fabré —Robinet— completan la terna principal de cómicos italofranceses que constituyen el núcleo de la producción cómica italiana, que a la postre habría de funcionar como