César Martín - America Freak

Título original: NO ME JUDAS SATANAS!!, publicado en Popular1 #318, abril de 2000

César Martín, 2000

Retoque de cubierta: Titivillus

Editor digital: Titivillus

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Tan sólo han transcurrido un par de meses desde la publicación del Popu dedicado a California, y obviamente mi cabeza sigue allí, de modo que este NMJ no es más que otra excusa para hablar de la tierra de Uncle Sam. La idea es sencilla: un viaje mental a la América oscura, a la América enferma. Por supuesto en unas pocas páginas resulta imposible destacar todos los lugares esperpénticos que pueblan la geografía americana, pero podemos repasar algunos de los más curiosos. Si deseáis saber dónde se encuentra enterrado el cadáver de Leo, el león de Metro Goldwyn-Mayer, y Cheetah, la mona de Tarzán, dónde ha ido a parar la máquina de escribir de Hitler o qué ha sido del hacha de Lizzie Borden, seguid leyendo. El abanico de posibles destinos para el viajero enfermo es muy variado, tenemos desde exposiciones de cucarachas, hasta museos dedicados a la menstruación, pasando por mini-golfs situados en funerarias. Here we go!

César Martín

NO ME JUDAS SATANAS!! - 318

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Titivillus 16.03.18

“LA TRAGEDIA ES LO QUE HACE GRANDE A AMÉRICA!!”

Esas palabras las pronunció un simpático individuo llamado Buddy Hough, ¡y no seré yo quien se atreva a contradecirle! El tipo siempre tuvo una extraordinaria fijación con los aspectos más oscuros y sangrientos de América, y un buen día empezó a coleccionar inusuales fetiches de la crónica negra estadounidense. Entre sus primeras adquisiciones figuraba el Chevrolet del 53 que condujo Lee Harvey Oswald hasta el siniestro lugar desde el que supuestamente dispararía a Kennedy, la ambulancia que trasladó el cuerpo de Oswald tras ser acribillado y el fatídico Buick Electra 225 del 66 en el que murió decapitada Jayne Mansfield. Cuando su colección se amplió, Hough y su mujer Debra decidieron abrir un tétrico museo en la localidad de St. Joseph, Florida, y lo denominaron Tragedy in US History Museum. Entre el material expuesto, incluyeron aparatos de tortura, el testamento de Elvis y el Ford del 43 en el que murieron bajo una lluvia de balas Bonnie & Clyde. Como siempre sucede en estos casos, las autoridades no vieron claro que un sujeto tan extravagante como Hough hiciese apología de la violencia de un modo tan descarado y ensuciase la reputación de Florida. Es el clásico error de apreciación, ¡las masas adoran la sangre!, ¡no hay nada de malo en darle al populacho lo que desea!, de hecho ciudades como Chicago resultan menos atractivas desde que trataron de eliminar cualquier rastro de su pasado mafioso. El pobre Hough se las vio negras para sacar adelante su tugurio. 60.000 dólares gastó defendiendo su derecho a mostrar todas esas escabrosas posesiones, y murió en 1996 sin conseguir que su museo fuese incluido en los itinerarios turísticos, lo cual dio como resultado una escasez de medios total: los únicos empleados del lugar siempre fueron él y su esposa. Tras la muerte de Hough, Debra ha seguido adelante con el negocio.

¡LA ÚNICA Y GENUINA CUCARACHA ELVIS!

Todos hemos tenido nuestros desafortunados encuentros con el submundo sucio y desagradable de las cucarachas. Algunos, como quien os escribe, convivieron con ellas durante toda una infancia, lo cual, lo creáis o no, puede tener sus aspectos positivos: si algún día Hollywood llama a tu puerta, sabrás exactamente cómo interpretar el papel de un alcohólico sufriendo la clásica alucinación de los bichos que corren por las paredes y por su propio cuerpo, sin que nada pueda hacer por evitarlo. Otros, como Nicolas Cage, han tenido un contacto más cercano aún con esos jodidos bichos; imposible olvidar la escena de “Besos de vampiro” (¡extraña película!, Cage fuera de control de principio a fin) en la que el actor se comía una cucaracha viva (la broma le provocó náuseas durante días, y tardó una buena temporada en volver a ingerir alimentos con normalidad). Pues bien, en la perdida localidad de Plano, Texas, un tipo llamado Michael Bohdan ha tenido la idea de organizar una exposición de cucarachas. Se trata de un declarado admirador de los citados bichos, aunque su oficio consista en exterminarlos. Bohdan ha aniquilado a millones de rastreros seres, es una especie de Adolph Hitler para las inocentes cucarachas estadounidenses. Pero, pese a ser consciente de que ha orquestado un verdadero Holocausto en la comunidad de insectos americanos, se esfuerza por dejar claro que no tiene nada personal contra sus víctimas, y su exposición, Cockroach Hall Of Fame, le ha servido para pedir perdón públicamente a las cucarachas del mundo entero. Claro que, si alguien se ocupase de defender los derechos de esos seres, interpretaría el gesto de Bohdan como un claro acto de explotación. Nuestro hombre exhibe a una colonia de 100 cucarachas de Madagascar (¡que por cierto tienen agente artístico, por si surge una oferta para intervenir en algún film!, increíble, ¡cucarachas con agente artístico!) y cada fin de semana organiza carreras entre ellas, con público asistente. Además, todos los años Bohdan monta un concurso para elegir la cucaracha más grande de América, y acuden fans de todo el país con sus respectivas “mascotas”. Aunque la actividad más divertida que ha puesto en marcha Bohdan, ha sido exhibir cucarachas muertas, disfrazadas de estrellas del show-business, y por supuesto ¡existe una cucaracha Elvis! La ha bautizado con el nombre de Elvis Roachley, y acompaña a la cucaracha Marilyn (nombre artístico: Marilyn Monroach) y a la cucaracha Liberace (denominada Libeorachi). Como rock‘n’roller debo decir que Elvis Roachley es la superestrella del grupo, aunque Libeorachi también tiene su punto: aparece disfrazada con un traje de lentejuelas ¡y sentada frente a un mini-piano! Conociendo estos datos, quizá la próxima vez que veáis una cucaracha en vuestra cocina, sintáis el deseo de tomaros una foto con ella, pero si la pasión de Bohdan no os convence, y estáis hartos de vivir acosados por estos encantadores bichos, No Me Judas tiene la solución a vuestros problemas. ¿Insecticidas?, ¿sofisticados venenos camuflados en pequeñas trampas?, naaah… eso es para amateurs. Probablemente, tras años y años de leer anécdotas sobre serial killers, metal bands, porno stars, etc., ésta sea la única vez que encontréis un dato que realmente os sirva para algo en el mundo real, de modo que prestad atención: piñas de bosque, ésa es la solución. Haceos con un buen puñado de piñas, distribuidlas por vuestro entorno y en pocas semanas perderéis de vista para siempre a esos glamurosos seres. Las piñas son el napalm de este Vietnam de insectos desagradables y arrogantes. Si queréis montaros un potente Hiroshima en vuestra cocina, repartid una cuantas piñas y al cabo de un mes contad las bajas.