Cuaderno de Formación Nº 8
MANUAL DEL DIRIGENTE
P. Rafael Fernández de A.
Número de Inscripción: 67.588
ISBN: 956-246-117-3
para la primera edición, 1994
ISBN: 956-246-197-1
2ª Edición corregida: Abril,1999
3ª Marzo, 2003
ISBN: 978-956-246-320-1
4ª Edición corregida: Mayo, 2007 - 5ª Edición Octubre, 2010
6ª Edición Marzo, 2011 - 7ª Edición Marzo, 2012
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Ilustraciones del interior: Tomadas de “Schauen, singen, beten”,
St. Benno-Verlag GmbH Leipzig
Marzo, 2012
Chile
Presentación
E s te Manual del Dirigente está destinado a ser una ayuda para todos aquellos que reciben un cargo de responsabilidad en el ámbito de la formación o conducción de grupos nuevos, o como jefes de grupo o de rama, etc. Es decir, está dirigido a quienes, de una u otra forma, tienen a su cargo una labor educativa. Los primeros destinatarios, sin embargo, son los monitores de grupo de la Rama de Matrimonios. No obstante, haciendo las necesarias adaptaciones, pensamos que puede ser igualmente útil para otras comunidades.
Al recibir un cargo de responsabilidad comunitaria en el Movimiento, adquirimos una relación nueva con la persona del Padre fundador. Estamos llamados a representarlo y “transparentarlo”, es decir, a ser un reflejo suyo y “reeditar” su original modo de educar y conducir. Pero no sólo eso. También entramos en una dependencia peculiar respecto a su persona. Como dirigentes schoenstattianos, debemos llegar a ser sus instrumentos y colaboradores. El mismo expresó, incontables veces, que cada schoenstattiano –y con mayor razón cada dirigente schoenstattiano– está llamado a fundar Schoenstatt de nuevo, como un “cofundador”, y que “un reino sólo se mantiene con las fuerzas que lo gestaron”. Esto requiere de los dirigentes estar estrechamente unidos a nuestro Padre Fundador y, al mismo tiempo, tratar de compenetrarse de su espíritu y modo original de educar.
No se encontrará en este manual una guía con un catálogo de indicaciones prácticas o un “recetario”. Las situaciones concretas de las ramas del Movimiento o la conformación de los grupos, son muy distintas en los diversos lugares. Lo que nos interesa, en primer término, es delinear con la mayor claridad posible lo que el P. Kentenich espera y pide de un dirigente schoenstattiano, tanto en su ser como en su actuar pedagógico.
Este Manual del Dirigente proviene inicialmente de una experiencia concreta en el trabajo con la Juventud Masculina, recogida en una elaboración del año 1972: El encargado de grupo, folleto que posteriormente adaptó el Padre Antonio Cosp para la Rama de Matrimonios en Argentina y Paraguay. En 1986, en una Jornada con un equipo de Padres asesores del Movimiento, se dieron nuevos pasos en el mismo sentido. A partir de ello se editó en Editorial Patris. Posteriormente se hizo una nueva edición ampliada substancialmente en 1999. En esta nueva edición de 2003, el contenido es sustancialmente el mismo que en la anterior. Se hizo una elaboración más completa de la leyes de conducción (capítulo 5) y se readecuó el Ciclo de Formación Básico de acuerdo a las últimas experiencias pedagógicas realizadas en la Rama de Familias.
Desde ya agradecemos a todos los que utilicen este Manual del Dirigente y quieran hacernos aportes o sugerencias, referidos tanto al fondo como a la forma del escrito. Ello nos permitirá perfeccionar el texto en vista de una posible edición futura.
P. Rafael Fernández de A.
E-mail: prafael@entelchile.net
Casilla 18-T, Correo Tajamar
Santiago de Chile
El Buen Pastor
A quel que a otros conduce
debe juntar en oración las manos,
mantenerse en la cercanía de la cruz,
entregar a todos abundante confianza,
traspasar hacia lo alto
cada amor que se le regale.
Aquel debe llevar en silencio y fidelidad,
dentro de su propio corazón,
a cada persona que se le ha confiado
y, con alegría y fortaleza,
por ella arriesgar la vida,
olvidándose de sí mismo en el servicio.
Aquel que a otros conduce
debe ir por los caminos de la vida
como Jesús, el Buen Pastor.
A quien se le concedió el don
de conducir una grey escogida,
aquel elige para los suyos
las mejores praderas;
día y noche pondera todo,
considerando cómo la grey
puede proporcionar al Padre
la alegría más plena.
La imagen que meditándola
se manifiesta ante sus ojos,
procura edificarla
en su propia existencia;
porque la figura ideal,
cuando es vivida,
se apodera de la grey
con vigor irresistible.
Las preocupaciones y los amores
de sus pequeñas ovejas
las ha inscrito en la hondura
de su corazón de pastor,
transformando todo en lúcida plegaria,
en oración suya cotidiana,
cuando él se ofrece
de rodillas ante el altar.
Y siguiendo íntegro el modelo
de su Madre,
regala lo que más quiere,
lo da con alma vigorosa,
con ternura y delicadeza,
poniéndolo con alegre desprendimiento
en manos del que guía el destino
de todos los hombres.
Pastores según el corazón de Cristo
1. Un nuevo cargo
Posibles reacciones en nuestro espíritu al ser
nombrados como dirigentes.
A l ser elegidos como dirigentes o haber sido designados para cumplir una tarea especial en la comunidad, es natural que en nosotros surjan preguntas: ¿Qué debo hacer? ¿Qué exigencias me plantea ser dirigente? ¿De qué modo puedo abordar esta tarea para realizarla en la mejor forma posible?
Ante esta nueva situación, en nuestro interior se pueden dar diversas reacciones.
No estamos solos: contamos con el Señor, con nuestra Madre y Reina y con el Padre de nuestra Familia.
Para algunos –quizás para las personas de temperamento más melancólico–, la primera reacción puede ser de asombro y de cierta timidez o inseguridad: “¿Serviré para este cargo? Creo que hay otros más capaces y con más experiencia que yo, ¿cómo podré conducir el grupo si tengo tantas limitaciones y no me siento suficientemente preparado?…”
Al reaccionar así, debemos pensar que si hemos sido elegidos es porque objetivamente tenemos las aptitudes necesarias para asumir el cargo; y, por otra parte, no estamos solos: contamos con el Señor, con nuestra Madre y Reina y con el Padre de nuestra Familia. En definitiva, son ellos los que “comandan el buque”.