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Eduardo de Guzmán - La muerte de la esperanza

Aquí puedes leer online Eduardo de Guzmán - La muerte de la esperanza texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1973, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Eduardo de Guzmán La muerte de la esperanza
  • Libro:
    La muerte de la esperanza
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    1973
  • Índice:
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La muerte de la esperanza: resumen, descripción y anotación

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«La muerte de la esperanza» recoge las memorias personales del autor en los primeros y los últimos días de la guerra de España. Dividida en dos partes, la primera —«Nuestro día más largo»— es un relato vivido y dramático de la cambiante situación de Madrid durante las jornadas febriles y azarosas del 17 al 20 de julio de 1936; una narración de los comienzos de la trágica contienda en los centros oficiales, las redacciones de los periódicos, las sedes de los sindicatos obreros y especialmente en la calle donde millares de luchadores anónimos se aprestaban a combatir, a morir de ser preciso, en defensa de sus respectivos ideales. «El Puerto de Alicante», segunda parte de «La muerte de la esperanza», se inicia el 28 de marzo de 1939, cuando la suerte de la guerra está ya decidida, con la difícil y accidentada salida de Madrid, el éxodo republicano hacia las costas mediterráneas, la vida en Valencia durante las horas postreras del Consejo Nacional de Defensa y la concentración en Alicante de cuantos intentan expatriarse. Finaliza con las angustiosas jornadas del puerto donde millares de personas se debaten setenta y dos horas entre la ilusión y la desesperanza, arrinconadas contra el mar por el avance de las fuerzas vencedoras, esperando unos barcos que no llegan y sin otras salidas que la rendición o la muerte. Concluyen las memorias en la mañana del 1 de abril con la entrega de los que aún se encuentran en los muelles y el suicidio de quienes no pueden, o no quieren, sobreponerse al dolor de la gran derrota.

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La muerte de la esperanza recoge las memorias personales del autor en los - photo 1

La muerte de la esperanza recoge las memorias personales del autor en los primeros y los últimos días de la guerra de España. Dividida en dos partes, la primera —Nuestro día más largo— es un relato vivido y dramático de la cambiante situación de Madrid durante las jornadas febriles y azarosas del 17 al 20 de julio de 1936; una narración de los comienzos de la trágica contienda en los centros oficiales, las redacciones de los periódicos, las sedes de los sindicatos obreros y especialmente en la calle donde millares de luchadores anónimos se aprestaban a combatir, a morir de ser preciso, en defensa de sus respectivos ideales. El Puerto de Alicante, segunda parte de La muerte de la esperanza, se inicia el 28 de marzo de 1939, cuando la suerte de la guerra está ya decidida, con la difícil y accidentada salida de Madrid, el éxodo republicano hacia las costas mediterráneas, la vida en Valencia durante las horas postreras del Consejo Nacional de Defensa y la concentración en Alicante de cuantos intentan expatriarse. Finaliza con las angustiosas jornadas del puerto donde millares de personas se debaten setenta y dos horas entre la ilusión y la desesperanza, arrinconadas contra el mar por el avance de las fuerzas vencedoras, esperando unos barcos que no llegan y sin otras salidas que la rendición o la muerte. Concluyen las memorias en la mañana del 1 de abril con la entrega de los que aún se encuentran en los muelles y el suicidio de quienes no pueden, o no quieren, sobreponerse al dolor de la gran derrota.

Eduardo de Guzmán La muerte de la esperanza Memorias de la guerra civil 1 ePub - photo 2

Eduardo de Guzmán

La muerte de la esperanza

Memorias de la guerra civil 1

ePub r1.3

Titivillus 29.08.15

Título original: La muerte de la esperanza

Eduardo de Guzmán, 1973

Editor digital: Titivillus

ePub base r1.2

La salida está en vencer en el luchar la esperanza Romancero español BREVE - photo 3

«La salida está en vencer, en el luchar la esperanza»

(Romancero español)

BREVE ACLARACIÓN PRELIMINAR

Aunque no publicado hasta ahora, el relato que sigue fue escrito hace muchos años. Tantos, que el autor no había cumplido todavía la mitad de los que ahora tiene y no necesitó forzar su memoria para reconstruir hechos y sucesos que estaban grabados en su mente con la frescura de haberlos vivido pocas horas antes.

Esta crónica de unos días excepcionales fue redactada sin propósito firme de publicarla; apuntes tomados para sí mismo de unos acontecimientos decisivos en la vida del país, no tenían otra finalidad que servir de base y apoyo a unos trabajos futuros de mayor amplitud. Las circunstancias hicieron que las cuartillas quedasen arrinconadas, olvidadas en la vorágine de la guerra primero y, después, en las dolorosos incertidumbres que la posguerra representó para cuantos no lograron triunfar en la sangrienta contienda.

Al releer ahora lo que escribió un día ya remoto, el autor lo ha encontrado —no sin cierta sorpresa por su parte— sugestivo e interesante, juzgando que su divulgación puede ser más oportuna que nunca. No para satisfacer vanidades literarias o personales, que el tiempo le curó de ellas si alguna vez llegó a padecerlas, sino por entender que el relato evoca —cree que con fiel exactitud— el clima tenso de Madrid en un momento crucial de su historia; el ambiente enrarecido y violento que se respiraba y el generoso desinterés con que jóvenes de todos los matices ideológicos asumían voluntaria y gozosamente su papel de protagonistas y mártires de una guerra fratricida, prólogo indudable y directo de una conflagración de mayores dimensiones que habría de decidir los destinos de la Humanidad durante varias generaciones.

Se trata en resumen, como comprobará quien siga leyendo, de un amplio reportaje directo y veraz de cuanto aconteció en la capital de España durante las febriles jornadas de julio de 1936. El autor cuenta con sencillez, sin adornos retóricos, lo que vio, oyó y vivió en los centros oficiales, las redacciones de los periódicos, las barriadas obreras, la sede de las organizaciones sindicales y la calle. Sobre todo la calle, escenario incomparable en estos días de explosiones de júbilo o desesperanza, manifestaciones tumultuosas, combates encarnizados, gestas heroicas y sacrificios anónimos. Lejos de ella, en despachos ministeriales o puestos de mando, había hombres que trataban de dirigir y encauzar, con mayor o menor acierto, los trascendentales acontecimientos. Pero el factor decisivo —aquí como en el resto de España— estaba en las calles y en los campos, en millares y millares de luchadores que se disponían a combatir —a morir si era preciso— en defensa de causas que consideraban justas, merecedoras de afrontar todos los riesgos imaginables por conseguir hacerlas triunfar.

Por encima de los acontecimientos históricos que se desarrollan y aun siendo hechos de capital repercusión en la vida de millones de españoles —incluso en la de muchos que todavía no habían nacido—, está el interés fascinante del retablo grandioso y bárbaro a un tiempo de una gran ciudad aprestándose para intervenir en la contienda que se inicia o participando de lleno en ella. El cuadro alucinante en que luchan, triunfan, fracasan o mueren muchos millares de personas, cuyos nombres, hazañas, heroísmos o cobardías no recogerá nadie, tiene mayor importancia que los sucesos que son consecuencia lógica fe su manera de pensar y sentir en una hora crítica. La narración de un episodio o suceso resulta relativamente fácil, aunque haya transcurrido mucho tiempo desde que se produjo. Mucho más arduo y trabajoso, pero también más trascendente, resulta pintar el clima de general exaltación que hizo que lo excepcional llegase a parecernos enteramente natural.

Sin habérselo propuesto de antemano, el autor cree haber conseguido resucitar en su reportaje —memorias personales de hechos que adquieren mayor volumen histórico con el transcurso del tiempo— el ambiente y el pulso de Madrid en aquellas dramáticas jornadas. Lo hace con toda la imparcialidad posible en quien se siente implicado en las consecuencias de la lucha entablada. Fácilmente se descubre que el autor no niega sus sentimientos porque sería pueril y absurdo, escribiendo para sí mismo, pretender engañarse. Ha dejado hoy el relato en la forma en que fue escrito —sin más modificación que algunas precisiones acerca de la suerte corrida por varios de los personajes que cruzan por la escena— porque nada más lejos de su ánimo que pretender confundir o equivocar a nadie respecto a la forma en que hace treinta y siete años interpretaba los acontecimientos que se desarrollaban ante sus ojos.

PRIMERA PARTE

NUESTRO DÍA MÁS LARGO

(Así comenzó la guerra de España)

I

VIERNES, 17 DE JULIO

Son las cuatro de la tarde y el sol implacable de julio deja caer sobre la ciudad una lluvia de plomo derretido. En las calles desiertas, el asfalto reblandecido se pega a las suelas de los zapatos y una ligera neblina hace oscilar los edificios ante los ojos somnolientos. Cansado, sudoroso, desabrochado el cuello de la camisa, camino despacio, buscando la protección de la escasa sombra. Igual hacen las pocas personas con quienes me cruzo. Tras las puertas entornadas, los balcones medio cerrados y las persianas corridas, millares y millares de madrileños duermen la siesta. Otros, menores en número pero superiores en fortuna, disfrutan ya en las playas cantábricas de un veraneo reparador.

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