A principios del siglo XXI, en la España 'democrática', un partido ‘socialista’ está a punto de aprobar una asignatura que en la precarizada educación pública pretende ‘concienciar’, ‘animar’ a los futuros ciudadanos a la ‘participación democrática’, en un contexto nacional e internacional cada vez más degradado por la voracidad capitalista. Este ensayo es un tremendo contraataque a tamaña farsa. Ofrece un profundo análisis, auque expresado con llaneza y claridad, en torno a conceptos sociales y éticos tan importantes como la Ciudadanía, la Democracia, la Libertad (pública e individual), el Derecho, la Ley… desde los orígenes del debate en la Grecia clásica, pasando por la Ilustración hasta el convulso siglo XX. El resultado de esta revisión es demoledor: la grandeza de los planteamientos teóricos en los momentos cumbres del discurrir filosófico y político de la Historia de Occidente —la Grecia clásica, la Revolución francesa, las democracias modernas— resulta inversamente proporcional a la miseria, la injusticia, la violencia, la mezquindad y el horror humanos que han caracterizado en el plano ‘práctico’, a ras de tierra, en todo tiempo y lugar a las sociedades humanas; con una virulencia sin límites en el Capitalismo brutal del último siglo y las cómplices democracias occidentales. La obra revela con datos precisos, directos y sin miramientos políticamente correctos, las principales estrategias de las mal llamadas democracias modernas para perpetuar el desequilibrio; cómo cada intento revolucionario de las sociedades para cambiar el sistema neoliberal capitalista e instaurar otros modelos más justos (comunismo y anarquismo) ha sido violentamente reducido por los mismos estados adalides de la Democracia internacional —se atiende a los casos de Cuba y el cono sur latinoamericano, la URSS, la España de principios de siglo, etc—. Asimismo se defienden con contundencia los actuales y ‘vivos’ intentos revolucionarios en América latina. Los autores realizan un esfuerzo poco usual por manejar materias en principio tan densas y 'adultas' del modo más accesible e incluso atractivo para cualquier adolescente medio. Las geniales y corrosivas ilustraciones de Miguel Brieva constituyen un pilar fundamental para la obra, que adquiere una riqueza y calado crítico indispensable para las nuevas generaciones de cualquier democracia actual.
Carlos Fernández Liria & Pedro Fernández Liria & Luis Alegre Zahonero
Educación para la Ciudadanía
Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho
ePub r1.0
Titivillus 19.01.17
Carlos Fernández Liria y Pedro Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero, 2007
Ilustraciones: Miguel Brieva
Diseño de cubierta: Miguel Brieva
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
A nuestros alumnos y alumnas, que siempre nos han hecho felices
Prólogo a la segunda edición
(Nota de los autores sobre el papel de los medios de comunicación en la polémica en torno a la asignatura de Educación para la Ciudadanía y este libro en particular).
Sobre la primera edición de este libro, se ha mentido tanto en los medios de comunicación españoles que conviene hacer algunas aclaraciones que dejen las cosas en su sitio.
El 20 de septiembre de 2007, por ejemplo, el Telenoticias 3 de Telemadrid anunció literalmente que nuestro libro era «uno de los que ya habían comenzado a utilizarse como libro de texto en la asignatura “Educación para la Ciudadanía” que acababa de implantarse en algunas comunidades autónomas». Con cara compungida, un supuesto padre de familia, sentado en el sofá de su casa, iba leyendo en voz alta algunos pasajes escogidos de nuestro libro. En especial, parecía escandalizarle el hecho de que recordáramos que los votantes del PP habían votado (y siguen votando) a un partido que apoyó la invasión estadounidense de Iraq, y que eso, de alguna manera, comporta algún tipo de responsabilidad. Por lo visto, en opinión de los directores de Telemadrid, es inconcebible que en una asignatura de Educación para la Ciudadanía se pretenda nada menos que decir la verdad a los alumnos. Quizá piensen que sería más oportuno explicar a los jóvenes y a los lectores en general que los ciudadanos no tienen ninguna responsabilidad a la hora de votar a un partido u otro. Pues la cruda realidad es que el PP apoyó la invasión de Iraq y que José María Aznar insistió una y otra vez en que tenía informes fidedignos de que Sadam Hussein contaba con armas de destrucción masiva, pese a que todos los informes de los inspectores de la ONU decían lo contrario. Luego resultó que en Iraq no había armas de destrucción masiva. No sólo no las había, sino que siempre se supo que no las había. Sobre este tema se había mentido a la opinión pública mundial. Pese a todo, a los votantes del PP no les pareció motivo suficiente para cambiar su elección.
Se trata, sin duda, de un enigma de la vida ciudadana que ojalá algún día pueda ser desentrañado en los libros de texto de Educación para la Ciudadanía: ¿Cómo es posible que la intención de voto de la población no se haya modificado en absoluto al descubrir que una guerra que ha destruido un país y que ha causado centenares de miles de víctimas civiles se inició con un embuste de sus líderes políticos?
Sin embargo, todo el mundo parece de acuerdo (en el PP y también en el PSOE) en que en la asignatura «Educación para la Ciudadanía» no deben tratarse este tipo de cuestiones tan delicadas. En realidad, tal como han demostrado los libros de texto que han visto la luz durante el año 2007, esta asignatura no debe consistir, al parecer, más que en un canto políticamente correcto a valores abstractos y melifluas intenciones, una especie de Barrio Sésamo ñoño, tedioso y conformista para explicar a los niños lo contentos que tienen que estar por vivir en una monarquía constitucional. No es extraño, por tanto, que nuestro libro fuese acogido con tan rabiosa indignación.
Pero, antes de pasar a discutir estas cuestiones, conviene deshacer las mentiras más sonadas. El Telenoticias de Telemadrid mintió, y no era la primera vez que mentía al respecto. Mintió, en primer lugar, porque nuestro libro no es un libro de texto. Y, por supuesto, era absolutamente falaz que ya estuviese utilizándose como tal en los centros de enseñanza. Cualquiera puede ver que el libro que tiene entre sus manos no es un libro de texto: no responde al programa de ningún curso en particular; no tiene el formato de los libros de texto; no tiene actividades para el alumno, ni flechitas ni esquemitas ni recuadritos; no ha sido homologado por el Ministerio de Educación; no sigue el currículo de la asignatura, etc. Es más, no hay ningún profesor tan suicida como para buscarse la ruina utilizándolo como manual obligatorio, pues es fácil colegir que la comunidad educativa, la dirección del centro, los padres, los consejos escolares, la inspección, la prensa y demás fuerzas vivas, le complicarían mucho la vida.
Que no se trata de un libro de texto es algo que sabían perfectamente en Telemadrid. Lo mismo que lo han sabido perfectamente, desde el principio, en la Cadena Cope, en el diario El Mundo, en La Razón, en el ABC, en Libertad Digital, en el Canal 7, y en todos los medios que, sin embargo, no han parado de insistir en que sí lo era. Sencillamente, han mentido sabiendo muy bien que estaban mintiendo. Han querido transmitir la idea de que nuestro libro no sólo es un libro de texto, sino que es, además, el libro de texto por antonomasia, el que verdaderamente desvela las auténticas y ocultas intenciones del gobierno del PSOE, hasta el punto de que en algunos de esos medios comenzó a conocerse como el «manual de Zapatero».