George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos, es un verdadero símbolo, conocido en todo el mundo gracias a que la capital federal del país lleva su nombre. Su cara resulta familiar gracias al billete de un dólar estadounidense y a la estatua en el monte Rushmore (Dakota del Sur).
Billete de un dólar estadounidense, 2003.
Se le reconoce como uno de los padres fundadores de los Estados Unidos de América, pues participa en el nacimiento de una nación. De la guerra de los Siete Años contra los franceses (1756-1763) y la de la Independencia contra los británicos (1775-1783) a la definición del proteccionismo estadounidense, del desarrollo de la Constitución a la creación de organismos federales, George Washington se encuentra en la base de los valores y de la identidad de este país en desarrollo, que aún conserva su legado. Profundamente enraizado en su época, se enfrenta a la aparición de problemas importantes en la historia de los Estados Unidos, tanto internos, como las relaciones con los indios o la cuestión de la esclavitud, como externos, como la política diplomática con Europa.
Biografía
George Washington por Gilbert Stuart, 1797.
Juventud
George Washington nace el 22 de febrero de 1732 en Pope’s Creek, en el condado de Westmoreland, en el estado de Virginia. Su padre, Agustín Washington ( c . 1694-1743), un plantador acomodado, había tenido tres hijos fruto de un matrimonio anterior. Tras quedarse viudo en 1729, se había vuelto a casar dos años más tarde con Mary Ball (1708-1789), con la que tuvo a George Washington, el hijo mayor de la pareja. Después de la muerte de su padre, este último solo hereda algunas tierras, ya que la mayor parte le corresponde a sus hermanastros. Uno de ellos, Lawrence Washington (1718-1752), es el que se encarga de la educación del joven George, que entonces tenía 11 años. Estudiante promedio, detiene sus estudios a los 15 años y se convierte en ingeniero topógrafo. Gracias a sus ingresos, compra tierras situadas mayoritariamente al oeste de Virginia. En 1752 hereda la propiedad de Mount Vernon de su hermanastro Lawrence, convirtiéndose en un rico terrateniente. También le reemplaza como comandante en la milicia de Virginia.
Cuando las relaciones franco-inglesas en el territorio americano se deterioran, el gobernador de Virginia, Robert Dinwiddie (1693-1770), envía al nuevo teniente coronel al valle del Ohio, donde los franceses han levantado un edificio militar, el Fort Duquesne. Se le encarga construir una fortaleza británica que se situaría enfrente (el Fort Necessity), y hacer que se evacue la región de la actual Pittsburgh. Participa en un breve enfrentamiento en el que sus hombres matan en extrañas circunstancias al comandante francés Joseph Coulon de Jumonville (1718-1754): es el primer incidente grave de una guerra que enfrentará durante siete años a los ingleses y a los franceses en el continente americano. Durante el conflicto, George Washington sirve como oficial y destaca sobre todo su papel en la toma de Fort Duquesne en 1758. Posteriormente, es nombrado coronel.
Los ingleses toman Fort Duquesne, el 25 de noviembre de 1758.
En 1759, cuando el valle del Ohio vuelve a manos de los ingleses y la guerra franco-británica ha terminado, se retira a sus tierras de Mount Vernon, donde se casa con una rica viuda, Martha Dandridge Custis (1731-1802), lo que aumenta su patrimonio territorial. Ahora se sitúa a la cabeza de centenas de hectáreas de plantación de tabaco y de pesquerías en el Potomac (río al este de Estados Unidos), explotadas por más de un centenar de esclavos.
Carrera política
Aristócrata virginiano, es miembro de la Cámara de Burgueses de Virginia entre 1759 y 1774. Sufre las normas, los impuestos y los monopolios comerciales impuestos por los ingleses, y se convierte rápidamente en uno de los líderes de la oposición a la política colonial británica. En 1774 y 1775, es elegido representante de Virginia en el Primer y Segundo Congreso Continental, donde participa en la redacción y en la aprobación, el 4 de julio de 1776, de la Declaración de Independencia. En junio de 1775 es nombrado comandante en jefe del Ejército Continental: reorganiza las tropas indisciplinadas y entra en la guerra contra los ingleses, que se ven obligados a abandonar Boston el 17 de marzo de 1776. A pesar de una derrota en Nueva York en septiembre de 1776 y de un invierno difícil en Pensilvania, se las arregla para mantener alta la moral de sus tropas al lograr importantes victorias: las de Trenton y Princeton en enero de 1777, y la de Filadelfia, abandonada por los ingleses en 1778. El 19 de octubre de 1781, con el apoyo de las tropas francesas dirigidas por Jean-Baptiste Donatien de Rochambeau (1725-1807), consigue finalmente la capitulación del general británico Charles Cornwallis (1738-1805) en Yorktown.
Una vez restablecida la paz, George Washington vuelve a disponerse a regresar a sus tierras en Mount Vernon. Sin embargo, las disfunciones de la joven confederación le llevan a volver a la escena política. En 1787 acepta la presidencia de la Convención Constitucional de Filadelfia que, bajo sus auspicios, redacta la nueva Constitución de los 13 estados federales. Es elegido primer presidente de los Estados Unidos después de la formación del nuevo Gobierno. Durante sus dos mandatos, trabaja para construir las herramientas legislativas y administrativas de la joven nación americana, pone en marcha una política económica muy marcada por el federalismo hamiltoniano, y sienta las bases de una nueva diplomacia, expresión de su voluntad de neutralidad frente a sus antiguos adversarios franceses y británicos.
En 1796, decepcionado y cansado por las diferencias políticas cada vez más marcadas que aparecen dentro de su propio gobierno, se retira nuevamente a Mount Vernon. Solo disfruta de tres años de retiro, ya que fallece como consecuencia de una infección de garganta el 14 de diciembre de 1799 a los 67 años.
Contexto político, social y económico