Gandhi es una de las figuras emblemáticas de la independencia de la India. Sin embargo, no parecía que el destino de este joven tímido y torpe fuera convertirse en uno de sus símbolos. No siempre fue el hombre de convicciones vestido de blanco del imaginario colectivo. Todavía entregado a la corona británica, intentando mezclarse en la sociedad inglesa mediante el conformismo vestimentario y profesional, le harán falta varios años de desilusiones antes de contemplar el hecho de separar el destino de la India del de Gran Bretaña. Y en esta evolución, su fuerza moral, más que sus acciones, inspira a sus discípulos, entre los que se encuentra el constructor de la India independiente Jawaharlal Nehru (1889-1964).
Los combates de Gandhi se enmarcan, ante todo, en un contexto colonial, y no solamente en la India. De joven, tan pronto como acaba sus estudios en una escuela londinense, inicia su carrera como abogado en Sudáfrica, donde se ve confrontado a las discriminaciones que afectan a sus compatriotas. Allí, elabora su visión de la desobediencia civil no violenta y de la simplicidad voluntaria, forjando la imagen de un hombre sabio y justo. Sin embargo, Gandhi se encuentra lleno de ambigüedades, debatiéndose entre sus deseos espirituales y materiales, y a menudo imponiendo su voluntad de forma autoritaria a sus allegados, conservando una visión tradicional de la sociedad hindú y de su jerarquía que intenta conservar, privando a veces a sus luchas de su carácter universal. La herencia de Gandhi, más allá de la idealización que le despoja de su lado humano, es finalmente la esperanza —aunque esté desmentida por la realidad— de una sociedad sin violencia.
Biografía
Una formación a la inglesa
Mohandas Karamchand Gandhi nace el 2 de octubre de 1869 en Porbandar, en el estado de Gujarat, en el centro-oeste de la India. Su padre, Karamchand Gandhi (1822-1886), proviene de la casta de los mercaderes, y fue primer ministro del principado de Porbandar; su madre es la cuarta esposa de este último. Sus años como adolescente se ven marcados por su matrimonio, en 1882, cuando tiene 13 años, con Kasturba Makanji (1869-1944). En 1886, cuando su padre muere y nace su primer hijo, que no sobrevive al parto, Gandhi decide ir a estudiar a Londres, capital del Imperio británico, del que la India es una colonia. Su casta se opone, pero Gandhi, que cuenta con el apoyo de su madre, se salta la prohibición y zarpa en septiembre de 1888, dejando en Porbandar a su joven esposa y a su hijo recién nacido, Harilal (1888-1948).
Vive en Londres hasta 1891, estudiando derecho e intentando mezclarse en la sociedad inglesa. Lleva traje y sombrero, aprende a bailar, toma clases de dicción, pero se mantiene firme en su alimentación. Tras algunos desafortunados intentos de consumir carne, vuelve al vegetarianismo e incluso entra en la Sociedad Vegetariana de la capital, escribiendo algunos artículos para su revista. Es admitido en el colegio de abogados y emprende el camino de vuelta a casa. Llega a tiempo para acompañar la muerte de su madre y el nacimiento de su hijo menor Manilal (1892-1956). Empieza a trabajar en un gabinete de abogados, pero es un litigante pésimo a causa de su timidez enfermiza, hasta tal punto que incluso hace que se desmaye en pleno tribunal. Sin embargo, es eficaz en la gestión de los archivos, lo que hará que lo envíen a Sudáfrica para defender los intereses de los mercaderes indios de la Dada Abdullah and Co.
La aventura africana
Llega a la provincia de Natal en 1893 y se instala en Durban. Allí experimenta la discriminación y, forzando a su carácter hasta entonces tímido, se implica en la lucha por la defensa de los derechos de los ciudadanos procedentes de la India. Se une al grupo de los mercaderes de Gujarat y participa activamente en la redacción de peticiones y en la organización de protestas contra la ley que amenaza con privarlos del derecho a voto en las elecciones. En 1894, funda el Congreso Indio de Natal, inspirado en el Congreso de la India, que regula las relaciones entre la colonia y su metrópoli británica.
Gandhi (en el centro) delante de su bufete de abogados, 1905.
Al ver que su misión, que debía durar un año, se alarga, hace que su familia vaya en 1896. Esta se amplía con el nacimiento de Ramdas (1897-1969) y Devdas (1900-1957). En 1901, durante un breve regreso a la India, abre su propio bufete de abogados, primero en Rajkot y luego en Bombay. En 1905, de vuelta en Sudáfrica, hace lo mismo en Johannesburgo. Su éxito profesional le asegura un salario muy cómodo y una reputación que irrita a los ingleses, de quienes dependen tanto los estados del sur de África como la India. Efectivamente, se acerca a los independentistas indios y fuerza a Gran Bretaña a intervenir en las disputas que le oponen a los líderes sudafricanos.
Después de la independencia de Transvaal (1 de enero de 1907) y la adopción de una ley para restringir la inmigración procedente de la India, Gandhi pone en marcha una nueva forma de lucha: la desobediencia civil. A lo largo de su viaje africano, marcado por el encarcelamiento, sigue siendo fiel a la corona británica, creando por ejemplo una compañía de camilleros durante la segunda guerra de los bóers (1899-1902) o brindándole su apoyo y el de la población india durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
El retorno a la India
Gandhi se va de Sudáfrica en 1913 y hace una estancia en Gran Bretaña antes de volver a su tierra natal. Rápidamente, vuelve a lanzarse al combate por la defensa de las poblaciones oprimidas o desfavorecidas. Comparte la vida de los intocables, excluidos del sistema de las castas, y defiende a los agricultores que cultivan índigo y a los obreros del textil. Mientras lleva a cabo sus luchas, recurriendo siempre a la no violencia y a la desobediencia civil, emprende una reforma moral personal. Decide llevar el traje indio y practicar la simplicidad en todos los gestos cotidianos (frugalidad alimentaria, abstinencia sexual, vida espiritual, etc.).
Sin embargo, en los años veinte, endurece su batalla frente a una represión británica a veces sangrienta durante las manifestaciones, como la de Amritsar, que causa cerca de 400 víctimas en 1919. La lucha de Gandhi, que después de las cárceles africanas le lleva a cárceles indias, se mueve de manera irrevocable hacia la independencia de su país. En 1930, se distingue nuevamente por una brillante acción, la marcha de la sal. Para denunciar el monopolio de la recogida de la sal y los impuestos recibidos por los colonos británicos, recorre los 400 kilómetros que separan su áshram (lugar de meditación y enseñanza hinduista) de la playa de Dandi a pie, seguido poco a poco por miles de simpatizantes.