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Alan Watts - El libro del tabú

Aquí puedes leer online Alan Watts - El libro del tabú texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1966, Editor: ePubLibre, Género: Ordenador. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Alan Watts El libro del tabú
  • Libro:
    El libro del tabú
  • Autor:
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    ePubLibre
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  • Año:
    1966
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El libro del tabú: resumen, descripción y anotación

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ALAN WILSON WATTS Chislehurst Kent 6 de enero de 1915 - Mt Tamalpais - photo 1

ALAN WILSON WATTS (Chislehurst Kent, 6 de enero de 1915 - Mt. Tamalpais California, 16 de noviembre de 1973) fue un filósofo británico, así como editor, sacerdote anglicano, locutor, decano, escritor, conferenciante y experto en religión. Se le conoce sobre todo por su labor como intérprete y popularizador de las filosofías asiáticas para la audiencia occidental.

Escribió más de veinticinco libros y numerosos artículos sobre temas como la identidad personal, la verdadera naturaleza de la realidad, la elevación de la conciencia y la búsqueda de la felicidad, relacionando su experiencia con el conocimiento científico y con la enseñanza de las religiones y filosofías orientales y occidentales (budismo Zen, taoísmo, cristianismo, hinduismo, etcétera).

Alan Watts fue un conocido autodidacta. Becado por la Universidad de Harvard y la Bollingen Foundation, obtuvo un máster en Teología por el Seminario teológico Sudbury-Western y un doctorado honoris causa por la Universidad de Vermont, en reconocimiento a su contribución al campo de las religiones comparadas.

Bibliografía

Estas son obras que, desde muy distintos puntos de vista, tratan sobre los temas de esta libro y los desarrollan más exhaustivamente:

Reginald H. Blyth, Zen in English Literature and Oriental Classics. Luzac, 1942.

Norman O. Brown, Life against Death: The Psychoanalytical Meaning of History. Routledge & Kegan Paul, 1959.

Richard M. Bucke, Cosmic Consciusness. Rev. ed. Dutton, New York, 1969.

Trigant Burrow, Science and Man’s Behavior. Philosophical Library, New York, 1953.

Wing-tsit Chan, The Platform Scripture of the Sixth Patriarch. St. John’s University Press, New York, n.d. S. P. R. Charter, Man on Earth: A preliminary Evaluation of the Ecology of Man. Contact Editions, The Tides, Sausalito, California, 1962.

Alexandra David-Neel, Las enseñanzas orales secretas en las sectas budistas del Tibet, Maha-Bodhi Society, Calcutta, n. d.

Pierre Teilhard de Chardin, El fenómeno humano. Collins, 1961.

John Dewey y Arthur Bentley, El conocimiento y lo conocido. Beacon Press, Boston, 1960.

Georg Groddeck, The Book of the It. Vision Press, 1961.

René Guénon, Introduction to the Study of the Hindu doctrines. Luzac, 1945.

Aldous Huxley, La Isla. Chatto & Windus, 1962.

William James, Variedades de la Experiencia Religiosa. Collins, 1960.

Raymond Carey Johnson, Watcher on the Hills. Hodder & Stoughton, 1959.

Karl G. Jung, Recuerdos, sueños y reflexiones. Recopilado y editado por Aniel Jaffe. Toutledge & Collins, 1963.

J. Krishnamurti, Comentarios sobre la Vida, 3 vols. Harper & Row, New York, 1956-60.

Ling Yutang, La sabiduría de Lao-Tse. Michael Joseph, 1958.

Sarvepalli Radhakrishnan, trad. El Baghavad-Gita. Allen & Unwin, 1948. Trad. Las principales Upanishads. Allen & Unwin, 1953.

D. T. Suzuki, Budismo Zen. Ed. William Barret. Doubleday, New York, 1956.

Alan Watts, Naturaleza, Hombre y Mujer. Thames & Hudson, 1958.

Raymond H. Wheeler, The Laws of Human Nature. Nisbet, Londres, 1931.

Lancelot Law White, The Next Developmen in Man. Cresset Press, 1944.

Richard Wilhelm y Karl G. Jung. El secreto de la flor dorada. Harcourt, Brace, N. York, 1962.

Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus. Routledge and Kegan Paul, Londres.

John Z. Young, Doubt and Certainty in Science. Oxford University Press, 1951.

To my Children and Grandchildren

Joan, David, Elizabet, Christopher,

Tia, Mark, Richard, Lila, Diane,

Ann, Myra, Michael

Título original: The Book on the Taboo against Knowing Who You are

Alan Watts, 1966

Traducción: Rolando Hanglin

Editor digital: Titivillus

Corrección de erratas: Bryan9

ePub base r2.1

Notas 1 Este es un juego de palabras intraducible Watts utiliza el verbo to - photo 2
Notas

[1] Este es un juego de palabras intraducible. Watts utiliza el verbo «to dig» (cavar) que en la jerga juvenil de California significa a la vez «comprender» y «gustar», tal como en la conocida canción de George Harrison «I dig Love». En la frase de Watts, «dig» aplicado a las minas agotadas expresa que son difíciles de explotar, pero relacionado con las religiones clásicas las describe como improbablemente comprensibles o amables. (N. del T.)

[2] El neologismo utilizado por Watts es «One-upmanship», significando la ilusión de ser individuos aislados y autónomos, y lo hemos traducido por «Separatidad», un concepto análogo que fue utilizado hace años en la especulación psicosociológica. (N. del T.)

1. La información confidencial

¿Qué debe saber una persona joven para estar bien informada sobre la vida? En otras palabras: ¿Existe algún tipo de información confidencial, secreto profundo o tabú especial que la generalidad de los padres y educadores no quieren, o no pueden enseñar?

Los jóvenes casaderos recibían antiguamente, en el Japón, un «libro de cabecera». Era un pequeño volumen cuyos grabados, a menudo a todo color, ilustraban los detalles del acto sexual. No solo por aquello de que «una figura vale más que diez mil palabras» —como dicen los chinos— sino para evitar a los padres el embarazo de explicar cara a cara estas cuestiones íntimas. Pero dichas cuestiones, en el Occidente moderno, puede uno aclararlas en cualquier quiosco de revistas. El sexo no es, ya, un verdadero tabú. Muchos adolescentes lo conocen mejor que los adultos.

Pero si el gran tabú no reside en el sexo… ¿Cuál es? Siempre hay algo prohibido, secreto, reprimido, o soslayado de reojo, porque una mirada franca puede resultar demasiado inquietante. Hay tabúes dentro de los tabúes, como en las pieles concéntricas de una cebolla. ¿Qué debería contener, pues, El Libro que los padres deslizaran en manos de sus hijos —y las madres en las de sus hijas— sin siquiera reconocerlo abiertamente?

En ciertos círculos —incluyendo algunos en los que la gente va a misa y lee la Biblia— hay un fuerte tabú sobre la religión. Es un «asunto privado». Es de mal gusto discutir sobre ella, y también por cierto exagerar el exhibicionismo piadoso. Sin embargo, apenas uno estudia las enseñanzas de las religiones conocidas se pregunta el porqué de tanto secreto. Ese «El Libro» a que me refiero no será por cierto la Biblia, el «Libro Bueno»: he aquí una fascinante antología de sabiduría antigua, historia y leyenda que ha sido tratada como una especie de vaca sagrada durante tanto tiempo que no sería mala idea clausurarla por uno o dos siglos, de modo que los hombres pudieran escucharla luego con oídos limpios. Por cierto, la Biblia contiene secretos, y algunos bastante subversivos, pero están tan enredados en complicaciones, tan ligados a antiguos símbolos y formas mentales, que el Cristianismo es —hoy día— increíblemente difícil de explicar a una persona joven. Esto es, a menos que uno se conforme con diluirlo hasta verlo convertido en la simple intención de ser bueno e imitar a Jesús, cosa que nadie explica cómo se hace. Para lograrlo, debe uno recibir de Dios un poder especial conocido como «gracia»: todo lo que sabemos es que algunos la tienen y otros no.

Las religiones corrientes —la Cristiana, la Judía, la Hindú, el Islam o el Budismo— se parecen en su forma actual a minas exhaustas: son difíciles de ahondar. Con alguna rara excepción, sus ideas sobre el hombre y el mundo, sus ritos e imágenes, así como la vida que nos recomiendan, no encajan en el universo tal como lo conocemos hoy en día, ni con un mundo humano que está cambiando tan velozmente que mucho de lo que se aprende en la escuela está obsoleto el día de la graduación. El Libro del que hablo no sería religioso, en el sentido usual, pero versaría sobre muchas cosas de las que suelen ocuparse las religiones: el universo y el lugar que ocupa el hombre en él, ese misterioso centro de experiencia que denominamos «Yo mismo», los problemas de la vida y el amor, del dolor y la muerte, y toda esa consideración sobre si nuestra existencia tiene o no algún sentido, significado o mensaje especial. Pues existe la creciente sensación de que nuestra vida es tan significativa como el correteo de un ratón en su trampa; los organismos vivientes, incluyendo a las personas, son simples tubos a los que se introducen cosas por un extremo para que ellos lo despidan por el otro. Lo cual los mantiene ocupados pero —a la larga— los desgasta. De modo que, para que la farsa pueda continuar, los tubos se las ingenian para fabricar otros tubos que también devoran cosas por una punta y las lanzan por la otra. En el extremo por el cual se introducen las cosas se desarrolla también un manojo de nervios llamado cerebro, con ojos y oídos, que les permite hurgar mejor a su alrededor, en busca de cosas para devorar. A medida que van quedando ahítos descargan su energía sobrante haciendo curiosas piruetas, alborotando con el aire que tragan y expelen por el agujero que sirve para devorar, y uniéndose en grupos para pelear contra otros grupos. Con el tiempo, los tubos se recubren de tal variedad de adminículos que se hace difícil reconocerlos como simples tubos, y todo esto en una asombrosa multiplicidad de formas. Existe la vaga norma de que los tubos de igual tipo no deben comerse entre sí, pero en general hay seria competencia por determinar cuál será la mejor marca o variedad de tubos. Todo esto parece maravillosamente vano, y sin embargo cuando uno lo examina seriamente resulta más maravilloso que vano. Lo cierto es que es muy extraño.

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